Víctor Sánchez /Fotos- Lía Andrada/ - 15 octubre de 2011
- Hora: 21.00 -Precio: 15 euros -Lugar: sala Heineken (Madrid) -Promotor: Heineken Music Selector
Público: Casi lleno
La banda viguesa CatPeople ha conseguido relanzar su carrera con un tímido disco -regalado- en el que la intensidad de sus composiciones ha descendido notoriamente, aunque no lo han hecho en calidad y madurez.
La pasada noche del sábado fuimos conscientes todos los que presenciamos su directo en la madrileña sala Heineken que Adrián y compañía han tenido mayores acogidas, aunque quizás no tan cálidas. Casi consiguieron llenar la sala y a punto estuvieron de hacer del concierto uno de esos que quedan en la memoria de sus seguidores, pero se quedó en un 'casi'. El concierto, que ha formado parte del ciclo Heineken Music Selector, minutó una hora y media en la que 15 temas (más uno de regalo e improvisado) fueron interpretados por este sexteto gallego afincado en Barcelona.
En primera instancia interpretaron 'Sorry', canción que abre el nuevo disco auto-editado por la banda, 'Love Battle', que fue la encargada de poner a tono a un respetable al que le costó cambiar el chip a modo 'concierto'. Es cierto que el nuevo disco no es especialmente cañero, por lo que en su interpretación en directo se echó de menos más potencia.
Tras la gesta inicial, 'In Silence', de su segundo largo, ayudó a desprenderse de la costra existente por el sonido -costaba diferenciar las guitarras- y por la posición estática inicial del público. 'Safari' gustó y también lo hizo la versión de 'Goodbye Angel'.
Un repertorio notablemente destinado a presentar su último largo, pero que también tuvo cabida para sus temas insignias. La pega, para algunos, la colocación de dicho repertorio.
Al inicio de la reseña apuntaba que este concierto tuvo los ingredientes para ser uno de esos que quedan en la memoria, y al final me remito: tras realizar el preparado bis con 'Love Battle' y 'Radio' -en la que el público secundó la voz de un entregado Adrián- la banda bajó a la pista de baile de forma improvisada para interpretar su último tema en formato acústico y sin amplificar. Todo un detalle que casi consigue que fuese inolvidable. Repito, alguna extraña conjunción no funcionó del todo y lo que fue un detallazo por parte de la banda se quedó como un bloque más del concierto.
Tras la gesta inicial, 'In Silence', de su segundo largo, ayudó a desprenderse de la costra existente por el sonido -costaba diferenciar las guitarras- y por la posición estática inicial del público. 'Safari' gustó y también lo hizo la versión de 'Goodbye Angel'.
Un repertorio notablemente destinado a presentar su último largo, pero que también tuvo cabida para sus temas insignias. La pega, para algunos, la colocación de dicho repertorio.
Al inicio de la reseña apuntaba que este concierto tuvo los ingredientes para ser uno de esos que quedan en la memoria, y al final me remito: tras realizar el preparado bis con 'Love Battle' y 'Radio' -en la que el público secundó la voz de un entregado Adrián- la banda bajó a la pista de baile de forma improvisada para interpretar su último tema en formato acústico y sin amplificar. Todo un detalle que casi consigue que fuese inolvidable. Repito, alguna extraña conjunción no funcionó del todo y lo que fue un detallazo por parte de la banda se quedó como un bloque más del concierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario