jueves, 5 de julio de 2018

Lenny Kravitz rellena con pelotazos los huecos del WiZink Center [crónica Madrid]

Víctor Sánchez - 04 de julio de 2018 
- Hora: 21.30 -Lugar: WiZink Center (Madrid) -Promotor: Live Nation

-Público: Medio lleno


El WiZink Center de Madrid parecía haberse quedado grande para el concierto de Lenny Kravitz en la capital. Las lonas cubrían los anfiteatros y el foso mostraba evidentes calvas, pero cuando Lenny y sus músicos salieron a escena y pegaron el primer guitarrazo, la sensación de lleno se experimentó durante las dos horas de maestría.


Porque eso es lo que duró la demostración magistral de lo que es el rock de verdad. Lenny Kravitz, a sus 54 años, es todo un portento vocal, musical y showman, llenando las gargantas /y los corazones/ de los privilegiados allí congregados.

Arrancó el recital de hitazos /porque Lenny, a pesar de que haya perdido tirón entre las nuevas generaciones, tiene una ristra de temazos clásicos que, si la generación Z supiera, se dejarían de tanta vaina reggaetonera/ A lo que íbamos. Arrancó con 'Fly Away' subido en lo alto de una pasarela comandada por dos cuernos gigantes. 

Desde lo alto, su melena escarolada, sus icónicas gafas y su particular voz, llenaron el que fuera Palacio de los Deportes. Le siguió a este temón del 98 'Dig In', con Lenny ya al frente de un escenario compartido con grandes músicos: Gail Ann Dorsey, bajista del fallecido David Bowie, el guitarrista Craig Ross /con una unión muy especial española, su mujer Goya Toledo/ y el resto de una banda que estuvo brillante.

El rock 'n' roll seguiría siendo protagonista toda la noche: 'Bring It On' y 'American Woman' fueron de las composiciones más aplaudidas de la noche. La versión /más famosa por Lenny que por sus autores The Guess Who/ dio el testigo a otra versión, esta vez de Bob Marley: 'Get Up, Stand Up'.

Lograda ya la temperatura óptima para el desenfreno, Lenny ofreció unas declaraciones basadas en el amor y la belleza de lo simple, interpretando 'It's Enough', 'Low' y It Ain't Over Til It's Over'. Estas últimas, dos de las canciones más sexys que se recuerden. 

Interpretadas 'Can't Get You Off My Mind y 'Believe', sobrepasamos el ecuador del concierto. A pesar dehaber vivido la ejecución de muchos de sus temas consagrados, la sensación era positiva: aún quedaban auténticos pelotazos por llegar. Y así fue: 'I Belong to You' y 'Always on the Run' -my mamma said!!!!- con las potentes figuras de los saxos y los riffs desgarradores ponían el punto de mira en el final del concierto: 'Where Are We Runnin'?', 'The Chamber' y 'Again'.


Lenny se marchó, muy agradecido, dejando a la banda mostrando su virtuosismo ante un Madrid entregadísimo. Pero volvió, y lo hizo con 'Let Love Rule'. 15 minutos de tema, paseos de Lenny por todo el foso, saludando aquí y allá, la gente coreando el estribillo y todos felices. Tanto, que algunos se marcharon sin disfrutar de la última, la grande de las grandes: 'Are You Gonna Go My Way'.

120 minutos en los que Lenny Kravitz demostró que, si uno cree en el rock sin artilugios, siempre tendrá un hueco entre los grandes.

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