Víctor Sánchez /Fotos- Víctor Sánchez/ - 01 Septiembre de 2011
- Hora: 21.00 -Precio: 30 euros -Lugar: Teatro Circo Price (Madrid) -Promotor: Heineken Music Selector
- Hora: 21.00 -Precio: 30 euros -Lugar: Teatro Circo Price (Madrid) -Promotor: Heineken Music Selector
Público: 3/4 partes
Más que ganas era lo que ayer tenía el público madrileño de ver la que se venía encima en el escenario del Teatro Circo Price. A eso de las nueve de la noche Heineken Music Selector abría su segunda temporada con dos grupos topten del 'indie' internacional: Okkervil River y The Drums.
The Drums, al inicio del set |
Por ese orden pasaron los dos grupos norteamericanos anoche en la sala madrileña. Okkervil River hacía su aparición -extremadamente puntuales a la hora acordada- para presentar al respetable su sexto largo: I´m Very Far /Jagjaguwar, 2011/. Will Sheff peleó aquello de ganarse al público, fue costoso, pero finalmente lo consiguió. Un aforo lento en mostrar júbilo pero astuto en eso de no perder detalle de lo que la banda texana aportó anoche a Madrid fue llenando la sala hasta que, a mitad del concierto, obtuvo su aforo máximo -ocuparon pista y patio de butacas central- .
"Un momento por favor", con un castellano bien construido, Sheff intentó -por todos los medios- arrancar la alegría y el nerviosismo, del que él era la seña identificable, a un público que no quiso abandonar su comodidad más que en dar palmas cuando la banda lo pedía y responder bien con unos aplausos llenos de agradecimiento por la entrega de Okkervil River ayer en Madrid.
Lo mejor de la presentación: For Real y Lost Coastlines. Una banda que suena a 'fresco', que huele a Texas, que sabe a banjo y panderetas. Okkervil tiene una carrera extensa a sus espaldas pero abocada a no dar el salto a conciertos de estadio -cosa que me alegro profundamente, Okkervil son música para egoístas, para disfrutar en petit comitè y para preservar ese derroche de simpatía hacia el folk pop norteamericano en pequeños frascos como el Circo Price-.
A las 22:20, también escrupulosamente puntuales, The Drums daban el pistoletazo de salida a su primer concierto de su nueva gira centrada en la presentación de su segundo largo: Portamento. A los de Brooklyn se les notaba algo nerviosos, y es que su líder de pantalones skinny y bomber granate, Jonathan Pierce, ya aseguró que se trataba del "primer show" que realizaban después de mucho tiempo.
What You Where y I Need a Doctor abrieron la hora de concierto presentando desde el inicio el que es su disco de 'maduración'. El público, expectante y muy interesado en los temas de su primer largo, saltó en júbilo con el tercer tema de la velada: Best Friend.
Y esa alegría se notó hasta arriba del foso, Pierce se animó y el chico comenzó a realizar bailes de cadera un tanto espasmódicos y divertidos, personajazo en los bailes. Este resurgimiento de bailes y sonrisas hizo evidente que la fórmula simple, contundente y surfera de las melodías primerizas de The Drums son las que gustan.
Me and The Moon respetó el orden del disco y fue interpretada tras Best Friend, ¡a bailar a bailar que lo bueno se va a acabar!. Tras estas dos grandes interpretaciones, llegó el momento del grueso del concierto que hizo aminorar las ganas y fervor del respetable. Continuaron presentando nuevos temas como If He Likes It Let Him Do It, Book Of Revelation, Days o How It Ended se entremezclaron con temas del primer disco como Forever And Ever Amen o Down By The Water. Entre ellas, Money, el single de Portamento, quizás la canción más parecida a lo que eran The Drums.
Y digo 'eran' porque ellos se han obcecado en cambiar, en dar un viraje a su música simple pero muy eficaz y gustosa. A la salida, de muchos corrillos este era el tema a discutir, dónde están The Drums, quien les ha quitado la energía...será la maldita 'madurez'.
Lo más destacado del concierto: la ausencia de Lets Go Surfing. Oye, que ni aguantando en la pista casi 10 minutos acompañados de silbidos, pitidos y el tarareo masivo de la canción que les ha dado a conocer, se consiguió el guiño de la banda. Seguramente se trate de un antojo del grupo, o de mostrar la omnipresente 'madurez', pero ellos sabían lo que el público venía demandando, querían silbar, querían bailar, querían surfear: ellos y yo, tu y aquel, esos que bailaron sin parar en los laterales del escenario durante todo el concierto y el que reservaba las ganas para Lets Go Surfing... todos, absolutamente todos, nos quedamos con la tabla esperando la gran ola que nunca llegó.
A pesar de ello, The Drums gustaron, y la banda de pantalones pitillos y telecaster siguen encabezando el resurgimiento del rock playero y conseguirán introducir en los iPod y demás 'aparatitos' de todos su nuevo disco, Portamento /Island Records, 2011/.
Un concierto más bien normalillo tirando a malo, la verdad. Okkervil River debían haber sido cabezas de la jornada de ayer.
ResponderEliminarno tienen nada que ver las dos bandas y the Drums es musica para adolescendentes y copia mala de una mezcla de The Smith con sonido de Joy Division y la verdaD me fue despues de 4 canciones
ResponderEliminarOkkervil River un grupo de musicos que se juga la vida en cada interpretación
Ha sido una sorpresa porque no tenia una idea de lo que era en modo live y la verdad son impresionantes y no hay forma de actuar despues de ellos
el tio a la bateria es el hijo de Keith Moon y John Bonham, un monstro!
El concierto fue bien hasta que tuvieron la gran idea de no tocar la canción que les hace famosos y sin la que, probablemente, la mitad del público no los conocería. No se puede ir tan de divos con disco y medio, señores! Un gesto que deja claro lo que rondó mi cabeza todo el concierto, mientras veía al rubiales-copia mala de Ian Curtis- dárselas de superhéroe pop: que apestan a estafa!
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