El sexteto de Wisconsin llegaba a Madrid después de muchas idas y venidas, confirmaciones, cancelaciones y aplazamientos pero, al fin, en la noche del miércoles 9, festivo en la capital, Justin Vernon y sus compañeros de Bon Iver recalaban en la capital para presentar su especial forma de comprender y amar la música, y de paso presentarnos el último disco del principal proyecto de Justin: 'i,i'.
Salieron frente a las 10.000 personas que llenaban el WiZink en formato ring plus pasadas las 21.15 horas y lo hicieron con decisión, aunque poco comunicativos. Seis puestos fijos, perfectamente orquestados, sirvieron de centro de operaciones para cada multi instrumentista, porque además de su instrumento principal, los músicos de Vernon son polifacéticos en esto de las artes musicales. Y el público, el gran protagonista de la velada. Porque en esto de la crónica, los plumillas solemos abusar de exigencias para con él, que si es ruidoso, que si no guarda respeto, que si blablablá... Pues ayer, chapó. Un concierto solícito de silencio para poder disfrutar cada matiz, cada tono y cada efecto, que encontró en el respetable la respuesta necesaria.
Las luces y espejos cenitales del escenario (que se movían más que el personal) nos daban toda la intensidad visual que el grupo no ofrecía, casi inmóviles dentro de sus seis plataformas (aunque Vernon nunca ha sido de arengar a las masas. Él es más de ir de cara con lo que hace, con su producto, con la música). El concierto arrancó con 'Yi', al igual que lo hace su último LP, y continuó con 'iMi' y 'Towers', devolviéndonos al inicial sabor de Bon Iver, aunque a cada clásico le dieron cierto dinamismo y matices que renueva su sonido más primario, como si se tratase de una sustitución fruto de la influencia de sus últimos discos...
A pesar de estos vientos de cambio, el público recibía con mágico entusiasmo cada corte interpretado en la noche de la Almudena. Una noche donde el amor por la música y por las cosas bien hechas fue protagonista, incluso en los pocos discursos que Justin dirigió a la masa. Madrid suponía el principio del fin, el penúltimo concierto de su gira europea, que acaba hoy en Lisboa, y que tuvo sabor a despedida, con un cariz dulce y cercano que se notó en canciones como 'U (Man Like)', 'Flume' y 'Hey, Ma'.
Con la potente base de '10 d E A T h b R E a s T' nos removieron del asiento y nos prepararon para, tres canciones más adelante, vivir uno de los momentos más místicos de la noche. Vernon, solo en el escenario, afrontó una brutal 'Woods' mezclando tonos, voces y tempos, llegando a crear un ambiente óptimo para la liberación de las almas. 'Skinny Love' y 'Perth' fueron los regalitos para aquellos que buscaban grabar en sus móviles las canciones más radiadas del artista, y para el que escribe, el detalle más disfrutado fue la incorporación de '33 GOD', 'Holocene' y el folk norteño de 'The Wolves (Act I and II)' a la parte final del setlist.
La pena, quedarnos sin 'Beth/Rest' en el bis, optando por 're: Stacks' y 'RABi', que también cierra el álbum presentado. Tras 22 temas llenos de matices, cariño, gusto y un ambiente lleno de respeto y amor, podemos asegurar que Bon Iver nos liberó de todo en la noche del miércoles.
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