Víctor Sánchez - 18 de mayo de 2022
Hora: 21.00
Lugar: Mon Live (Madrid)
Promotor: Doctor Music
Público: Casi lleno
Pasadas las nueve de la noche, Harry McVeigh y compañía aparecían sobre el reducido escenario de la sala madrileña ante un acalorado recibimiento por parte del respetable. Tras tres compases, se adivinaba en la melodía la intro de 'Farewell to the Fairground', el tema más radiado de los de Ealing, y el público entró de lleno en un concierto que supo a novedad.
No quisieron perder la baza del hype creado y continuaron con 'There Goes Our Love Again', 'Am I Really Going to Die' y 'To Lose My Life' en lo que parecía un cortejo musical que no solo nos convencía a los allí presentes, si no que nos iba embelesando de tal forma que con la llegada de 'Hurt My Heart' nuestro corazón no estaba lastimado, estaba entregado.
El público disfrutó, sudó, coreó y se entregó a las arengas promovidas por McVeigh, que con el subidón en el cuerpo, se aceleraba en el ritmo y luego tenía que recular ralentizando los cambios de algunas canciones.
Del álbum 'Five' también interpretaron 'Time to Give', quizá el tema menos celebrado de la velada, que dio paso a 'Is My love Enough?' y la animada 'Step Outside' marcada por ese bajo tan jamming de Charles Cave y los teclados de Tommy, el teclista que les acompaña en los directos.
Y de nuevo, una declaración de amor por parte de la banda hacía el público al elegir, del tirón, tocar 'Don't Want to Feel It All', 'Big TV' y la sorpresiva 'Roll December', con ese peso en un bajo ensuciado estilo Editors y una cadencia rítmica a manos del batería Lawrence-Brown que nos hizo sacudir la cabeza al unísono durante más de 6 minutos, rotos por el animado cambio final del corte.
La voz cantante, valga la redundancia, recaía sobre el frontman, el único que interactuó tímidamente con el público para agradecer sus muestras de afecto y calor y para presentar algunos de los temas.
Tras volver a sus inicios con 'Unfinished Business', el escenario se llenaba de colores neón con 'Tokyo', que sirvió de final junto a la coreada 'I Don't Want to Go to Mars', que nos llevó a un pequeño receso para dar un respiro a los músicos antes de volver al escenario para acometer el final de los finales.
El público animaba con los clásicos 'olé, olé, olé' el descanso mientras el escenario, a juzgar por los colores escogidos, rendía tributo al sufridor pueblo ucraniano. De vuelta al ruedo, White Lies escogió 'Death', el título que da nombre a su último disco: 'As I Try Not to Fall Apart' y 'Bigger Than Us' para despedirse de Madrid, una ciudad que siempre ha correspondido en su amor por los británicos.
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