Víctor Sánchez - 21 de marzo de 2019
- Hora: 21.30 -Lugar: WiZink Center (Madrid) -Promotor: Live Nation
-Público: Lleno
La artista británica Florence Welch y su formación, Florence + The Machine, se coronaron en la noche del jueves en Madrid, cerrando un concierto mayúsculo que transportó hasta su particular mundo de las hadas a las miles de personas afortunadas que consiguieron su ticket para experimentar en carnes el sonido de 'High As Hope', su último LP editado hasta la fecha.
Terminada la escueta apertura de los teloneros Young Fathers, los técnicos comenzaron a desprender de lonas y cubiertas el escenario de madera que Florence pisa en esta gira. Un escenario cuya pala cromática /así como las luces durante todo el show/ respetan a la perfección el ambiente conseguido en su último disco.
Una gran plataforma de madera, a diferentes alturas, recibiría sobre las 21.30 horas a los ocho músicos que acompañan a la carismática artista inglesa, que abrió el concierto como lo hace su mentado disco: con 'June' y 'Hunger'. La calidad de su voz, a pesar de llevar un puñado de meses girando sin parar por medio mundo, no se ve mermada. Con 'Between Two Lungs', corte que da nombre a su primer disco, el recinto del WiZink Center caía rendido ante la británica, que transportó a miles de personas a un estado de catarsis onírica y de cuento durante dos horas.
De 'Ceremonials', su disco más elegante, interpretaron 'Only If for a Night', una delicia con la que la del sur londinense enamoró a los más reticentes. De su lugar de origen se siente orgullosa, así como de formar un solo cuerpo con sus fans en conciertos, a quienes anima a unirse física y mentalmente, a desprenderse de los móviles, a agitar sus manos al cielo y, en definitiva, a disfrutar de su música.
Porque Florence y su formación lo pone fácil. Ejecutan a la perfección el alma de todas las canciones compendiadas en su discografía y sacan la fuerza que necesita un coloso como el WiZink Center para justificar las declaraciones post-show: "es una pasada", "pero qué voz tiene la tía", "tío, me parece lo mejor del panorama". Las proclamas y aprobaciones sonaban al unísono en cualquier rincón del extinto Palacio de los Deportes.
'Queen of Peace', 'Patricia', la muy bailada 'Dog Days Are Over', 'Ship to Wreck' o la más nueva, 'Moderation', convencieron a todos los asistentes al concierto, que por unas horas, elevaron sus almas a un estado cuasi místico.
Una lluvia moderada de confeti dorado, las telas que bailaban los aires y las palmas celebradas por la propia Florence en temas como '100 Years' correspondían a la gratitud de Florence, que si bien arrancó distante, conectó de forma espectacular /y a veces algo extensa/ con sus locuciones al respetable, llegando a tocar temas de actualidad como el Brexit, la "masculinidad tóxica y feminidad' o el uso de los móviles.
El triunvirato musical que cerró el set, antes de ir al bis, lo ocuparon 'Cosmic Love', 'Delilah' y 'What Kind of Man'. A su regreso, clamó a 'Big God' y agitó el WiZink con 'Shake It Out'. Una noche increíble en la que el WiZink se convirtió en el lugar donde habitan las hadas
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