Aunque no fuera la primera noche de DIIV en Madrid (los neoyorquinos ya estuvieron en la capital en 2016 dentro del Mad Cool Festival) haremos como si sí, porque así se presentaron ellos en la tarde noche del martes en la sala Independance de Madrid, celebrando su estreno en sala en la capital del reino.
Un concierto que, a un servidor, le sorprendió antes de arrancar. Tras volver de un finde agobiante en el Primavera Sound barcelonés, las apetencias sugerían disfrutar de un concierto con apenas cuatro gatos, sorprendiéndome al bajar las escaleras del club de baile ubicado en la calle Atocha y encontrarme con un nutrido grupo de fans que se entretenían conversando mientras, desde el escenario, Storefront Church se desenvolvía como telonero.
Llegados a la hora marcada, sin sobrepasarse ni un solo minuto, los cuatro de Brooklyn aparecían sobre el minúsculo escenario, cabizbajos y defendiendo su actitud shoegaze, mientras sonaba la pista lanzada de '(Druun)'. El desajuste de volumen del bombo y bajo con respecto al resto de instrumentos en el arranque de 'Past Lives' nos hizo entrar de forma abrupta en el set, con sensación de mucho ruido y poca nitidez, aún sabiendo que la banda acostumbra a desenvolverse en ese ambiente de sonido cargado.
A esto se le suma la sala, con unas columnas que quitan mucha visibilidad y obligan al público a apelotonarse en el centro y los laterales de la pista de baile. Y en el hilo de quejas, las colas para pedir una consumición. Dejando a un lado los lamentos, el concierto organizado por SON Estrella Galicia de DIIV brilló en lo animado y pasó sin pena ni gloria en los cortes más sosegados. Y con 'Under the Sun' llegó el primero de los momentos álgidos de la noche, el grueso del público amontonado a los pies de la banda se deshizo de la pereza y comenzó a brincar y bailar con las voces de Zachary Cole Smith y Colin Caulfield al unísono.
A esta canción, le sucedieron 'Skin Game', 'Between Tides', 'Earthboy', 'Sometime' en el setlist hasta llegar a 'Doused', donde se armó la buena. El pogo se creó al primer compás de bajo y no cejó en toda la canción. La banda, claro está, lo disfrutó tanto como el público, que coreaba los riffs marcados por Andrew Bailey, cuya mirada diabólica se fijaba en algún punto inconcreto del respetable.
Sudor, sonrisas y con algún codazo de más, el público se repuso del enérgico ejercicio mientras la banda interpretaba paradójicamente 'Take Your Time', 'Taker' y 'For the Guilty'. Y sin darnos cuenta, llegábamos a la parte final del directo, con la atmosférica 'Loose Ends' y 'Like Before You Were Born' dando paso a 'Horsehead'. Apenas se metieron en camerinos un minuto largo y volvieron a salir para regalar al público madrileño dos temas más: 'Bet (Roi's Song)' y 'Blankenship' en un final que, a modo postre, dejó un regusto sabroso en el paladar de los asistentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario