viernes, 9 de septiembre de 2016

The Brian Jonestown Massacre, el idilio psicodélico interrumpido por las prisas

Víctor Sánchez - 08 de septiembre de 2016 
- Hora: 21.00 -Lugar: Teatro Barceló (Madrid) 
-Promotor: Live Nation -Público: Sold out.




Un fantástico sold out hacía prever que el debut en vivo de los norteamericanos The Brian Jonestown Massacre en Madrid iba a ser un idilio, y así fue, hasta que las restricciones de horarios impuestas por la sala hicieron que la energía que imperaba en el Teatro Barceló saliese despavorida en el momento más álgido.

Anton Newcombe avisó, pero sus misivas no evitaron la sonora pitada hacia la sala por parte del público, que se quedó con un sabor agrio, a pesar de las dos horas de concierto. Muchos dirán, !joder, si fueron dos horazas! pero para el que estuvo allí, a sabiendas de que los sets de los californianos se alargan, como mínimo, una hora más, este se quedó corto y, claro, el cabreo se hizo notar.

Entre cigarro y cigarro, Anton y el resto de miembros de una de las bandas más icónicas de San Francisco fueron desgranando los temas de su extensa discografía, con presencia de sus mejores grabaciones, como el debut 'Spacegirl & Other Favorites'.

'Never Ever', la celebrada 'Anemone', 'When Jokers Attack' o 'Wisdom' fueron algunas de las canciones que BJM trajo a Madrid. Sus temas se caracterizan por envolver el ambiente de musicalidad guitarrera, en lo que parece un loop tántrico que transporta a un estado catatónico y del que no quieres despertar.

Un señor bolazo, con la cadencia de sus riffs como coprotagonistas junto a las luces rojas, un color que eleva a la banda de Frisco al estado sátvico. Cada uno de los siete miembros tiene su papel, indispensable /¿quién no se quedó prendado del panderetero al final del set?/ y tribuno de Newcombe, el verdadero cerebro de este idilio psicodélico.

El cierre, sencillamente, magistral. La banda generó una atmósfera que pocas veces se logra. Sin grandes arreglos, con una escena sobria y despreocupada, donde solo importaba lo que en muchos conciertos se olvida, la jodida música. Genios, volved pronto.

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