Víctor Sánchez - 10 de septiembre de 2016
- Hora: 11:00 -Lugar: UCM (Madrid) -Promotor: Live Nation
Público: Casi lleno
El Dcode Festival ha celebrado el pasado sábado en Madrid su sexta edición con Bunbury, Mark Ronson, Love of Lesbian y Zara Larsson como principales reclamos de un cartel que escondía luces y sombras, y que ha sido salvado por las bandas que ocupaban el grueso del cartel.
Que Madrid vuelva a recuperar una oferta digna de una capital en cuanto a festivales se refiere /véase Mad Cool, Utopia Festival.../ ha pasado factura, seguro, al Dcode, único gran festival que ha operado a sus anchas en Madrid durante unos años y que este año ha visto como sus ventas han decrecido considerablemente.
Pese a ello, el recinto deportivo de Cantarranas volvía a sacar músculo con los dos grandes escenarios que ocupan el campo de rugby de la UCM, lugar donde se vivieron los mejores conciertos del festival. Sin desmerecer al tercer escenario, el de la carpa, que desde por la mañana /sofocante/ acogió buenos directos.
El de Nothing But Thieves, tempranero y frío en ambiente, fue uno de ellos. Los de Essex aparecían en la carpa del Dcode para afrontar su segunda cita con el público madrileño. Tras actuar en el Mad Cool, los británicos volvían a la capital para presentar su disco homónimo, que sonó potente con el bajo por encima del resto de instrumentos/ y con un Conor Mason brillante.
Apenas tenían media hora para mostrar lo mejor de sus creaciones, logrando meterse en el bolsillo a los asistentes con las dos primeras canciones. Un total de 8 temas que supieron a muy poco, siendo la voz de Mason la protagonista de todo el cotarro.
Tras ellos, Belako. Los jóvenes de Mungia, una de las mejores bandas que actualmente campean por nuestro país, sufrieron el infortunio de un fallo de energía que dejó sin sonido a los instrumentos del cuarteto. El consiguiente parón, las peticiones de un concierto a capela y la espera provocó que la gente se desenganchase del momento y, una vez recuperada la electricidad, las caras venían a decir: no está siendo lo mismo. Pese a ello, Belako se divirtieron con su bolo y al final contagiaron ese buen rollo que se respira en todos sus conciertos, en todos.
Disfrutado el receso para recargar energías /la noche iba a ser muy larga/ Eagles of Death Metal arrancaban la ovación más sonada en el recinto. Los supervivientes del atentado de París se han convertido en un estandarte de la libertad y las ganas de verles en directo en España /cancelaron tras el sonado suceso/ eran manifiestas. Pese a la ausencia de Josh, la banda no se amedrenta en directo, derrochando energía y suntuosas poses que enamoran a cualquiera.
Love of Lesbian y Bunbury fueron el plato fuerte de la jornada para los amantes de la música en castellano, conciertos que tuvieron como bisagra a Kodaline, además de no estar muy acertado en la afinación de sus voces, tuvo que pelear con el horario. Las 22.15 horas, tras calentar el hocico y las ganas de baile, no es una buena hora para esta propuesta.
Tras disfrutar del multitudinario recuerdo de Héroes del Silencio, en el escenario 2 los británicos Jungle se estrenaban en la capital. Señores, qué bolazo. Pese a no haber producido aún una necesaria continuación de su disco debut, los de Londres siguen encandilando a quienes no los conocen, y eso que en el directo de Cantarranas prescindieron de un escenario decorado y sus jovencísimos bailarines de b-boy.
'Platoon', 'Crumble', 'The Heat' o la coreada 'Busy Earnin' promovieron que las masas siguiesen disfrutando de un festival que apenas alcanzó los 16.500 asistentes. Superado el sabor agrio del festival, el productor de hits Mark Ronson tiró de cartera, mostrando las composiciones que hacen que este señor esté en lo más alto de la industria compositiva.
Para cerrar, una sesión multidisciplinar a cargo de los djs del club Independance, que dejaron en el recuerdo de los dcoders que, en esta edición, el protagonista fue el baile.
*Todas las fotos pertenecen a Dcode Fest y sus respectivos fotógrafos.
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