Víctor Sánchez - 25 de enero de 2023
- Hora: 21.00 -Lugar: La Riviera (Madrid)
-Promotor: Live Nation -Público: sold out
La Riviera recibía a Luke Pritchard y Hugh Harris, miembros originales de la banda, acompañados por el batería Alexis Nuñez y su bajista habitual de directos. La masa agolpada en la parte central de la sala ubicada a orillas del Manzanares aguardaba con nervios y expectación la llegada del cuarteto al escenario, que se demoró un cuarto de hora de la hora fijada.
Luke aparecía sobre el apagado escenario para enfrentar, en solitario, los primeros compases de 'Seaside', haciéndose así la luz sobre el foso, focos que se proyectaban sobre los rostros emocionantes de los protagonistas de este sold out que dejó fuera del recinto a un puñado de personas solícitas de tickets.
Luke y Hugh se mostraron cariñosos durante toda la noche, derrochadores de halagos y amor hacia su público (Luke no paraba de lanzar ti amos a las primeras filas del público). Una fiesta que tuvo tantos matices como tipos de público poblaba la sala: los treintañeros que descubrieron la cultura británica de la mano de The Kooks, The Libertines, Pigeon Detectives o Kaiser Chiefs, otros más entrados en años que recibieron con emoción la música de The Kooks durante su veintena y, sorprendentemente, una mayoría mucho más joven que ha descubierto en The Kooks una de sus bandas fetiche.
Además de repasar de principio a fin su disco debut, The Kooks rellenó un completo setlist con otros temas de su amplia discografía, a resaltar 'Bad Habit', 'Connection', 'Cold Heart', 'Closer' o 'Junk of the Heart (Happy)'. Según avanzaba el set, se veía en la actitud y caras de los miembros fundadores cómo rememoraban las emociones que, seguro, en su día les hicieron sentir y creer estar en la cima del mundo. Y no es para menos: el público estaba totalmente entregado a los británicos, que celebraban con una alegría desbordante la fiesta de cumpleaños de 'Inside In/Inside Out', por la que incluso brindaron con chupitos -cortesía del público-.
Sobre el final, uno que escribe se atreve a preguntarse: ¿cuándo terminará la tendencia forzada y nada natural de asumir el bis como algo fijo en un concierto? Me refiero, se supone que este gesto, aceptado ahora como un elemento más del ritual de un concierto, nació como respuesta espontánea de los artistas que volvían al escenario en señal de gratitud por la acogida recibida y abordaban un par de temas más. Temas que, sin duda, estaban fuera del setlist programado. Y ojo, que The Kooks y público se merecían ese bis protagonizado por 'Matchbox', 'No pressure' y 'Naïve' pero claro, cuando se da por hecho, como que pierde la magia... ¿no?
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