Víctor Sánchez - 3 de septiembre de 2019
- Hora: 21.10 -Lugar: WiZink Center (Madrid) -Promotor: Primavera Sound
-Público: Lleno
La artista Billie Eilish no deja boca cerrada allá por donde va. Con esguinces en ambos tobillos, 17 años de existencia y un solo disco en el mercado, la californiana ha demostrado a su paso por España que es la mayor revolución musical vivida en el año... y posiblemente lo sea durante muchísimos más.
El pasado martes llegó al WiZink Center de Madrid para sortear, durante hora y media, los gritos de más de 15.000 gargantas adorando al nuevo icono de la cultura de masas, ella. La creadora de 'bad guy' llegaba a la capital tras arrasar en Barcelona y abanderando una de las giras mundiales más exitosas que se recuerdan.
En la noche del martes, Eilish aparecía en escena a eso de las 21.10 horas para deleitar a miles de jovencísimos seguidores venidos de los cuatro rincones de la Península para degustar el contenido de sus letras, o al menos intuirlo. Porque el sonido ensordecedor de las miles de gargantas clamando el nombre de Billie apenas dejaban hueco para la música y la voz de la americana.
Un ensordecedor comienzo que celebraba la llegada de 'bad guy'. Sería injusto definir este corte como el más conocido, pues los 18 temas presentados esa noche fueron tan coreados y aplaudidos como el primero.
Junto a su hermano Finneas controlando los samples, bajo y guitarras de los cortes y el batería Andrew Marshall, la malograda y valiente Eilish /afrontó sin quejas el show a pesar de tener dos lesiones en los tobillos/ se entregó como si fuera su primer concierto de gira a sus seguidores.
'my strange addiction', 'you should see me in a crown', 'idontwannabeyouanymore', 'copycat', 'when I was older' o 'wish you were gay' fueron sucediéndose como un tiro. Las visuales, impactantes y oscuras, acompañaban a la perfección cada interpretación.
Llegados al ecuador del set con 'xanny' y 'all the good girls go to hell' /de la que acaba de estrenar vídeo/ se escuchaban en el foso agónicos quejidos por parar el tiempo; "no quiero que se acabe nunca, te amo Billie". Una cama suspendida en el aire, que hacía las veces de foco trasero, bailaba al son de alguno de los temas de Billie. En el momento de 'I love you', los hermanos O'Connell interpretaron la canción más íntima del set recreando una escena muy familiar y entrañable, ambos subidos a la cama.
Se sabía a leguas que el final aglomeraría las canciones con mayor hype: 'ocean eyes', 'when the party's over' y 'bury a friend'. Tras el final, un único bis nos hizo revivir la locura desatada al principio con la repetición de 'bad guy'. Terminado el concierto, tocaba correr a la salida para probar suerte y ver por última vez a la revolución de una nueva generación abandonando el WiZink Center.
¡Ah! ¿habíamos dicho ya que tan solo tiene 17 años? Pues eso.
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