De todos es sabido el interés que genera grabarse cometiendo alguna ilegalidad, y si a esto le sumamos el valor añadido que tiene colarse en algunos de los eventos culturales más vigilados del globo para filmar las experiencias de artistas, público incluso personal de seguridad de los festivales de música, el interés se dispara.
Esto es lo que ha hecho Marcus Haney durante los últimos 5 años, una historia que comenzó en Bonnaroo y que le ha llevado a visitar medio mundo intentando, y consiguiendo, colarse en festivales como Coachella, Glastonbury o Ultra Music. Sus constantes osadías le han llevado a conocer a infinidad de artistas y guardar, incluso, fuerte amistad con alguno de ellos /véase Mumford & Sons/
Ahora todo su periplo queda recogido en un documental del que ya podemos ver su interesante teaser. Lleva por título No Cameras Allowed y la cosa promete.
Conoce su historia en esta entrevista.
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