Fran J. Lorán - Foto: Fran J. Lorán - 21 marzo de 2013
- Hora: 21.00 -Precio: 30 euros -Lugar: Palacio de Vistalegre (Madrid)
-Promotor: LiveNation -Público: Lleno
Mumford & Sons, una de las bandas encargadas del renacimiento del folk inglés, visitó en la noche de ayer la capital de nuestro país /tras hacer parada en Barcelona/ para presentar su galardonado segundo disco, 'Babel'. Las 9.000 personas asistentes pudieron disfrutar del cuarteto, que firmó un concierto conservador /en cuanto a la fórmula que llevan a todos sus directos/y, por tanto, excepcional.
Aunque la noche se antojaba especial para todos estos miles, la organización del Palacio de Vistalegre no hizo más que ensombrecer el evento. Puede que la gestión de la cola de entrada al recinto, controlada por al menos cinco staffs, no fuese un desastre absoluto; pero el hecho de declarar el aforo completo en una pista a medio llenar, relegando a casi el 80% del público a las gradas, fue sencillamente catastrófico. Sin duda la larga sombra del desastre del Madrid Arena alcanzó Vistalegre ayer.
Mientras cientos de asistentes se agolpaban en la entrada a la zona de pista para protestar por la gestión, Jesse Quin hacía las veces de acomodador con su proyecto folkie en solitario. El bajista de Keane impregnó en los /todavía/ pocos oídos sus azucaradas melodías unidas, como en el caso del último tema, al violín del bonachón componente en la carretera de los Mumford.
Tras el inglés llegaron las californianas Deap Vally y su poderoso rock de garaje con tintes blues, unas Black Keys femeninas por así decirlo. Por desgracia, su teloneo dio rienda suelta al deplorable sonido del recinto, bastante entristecedor teniendo en cuenta la calidad del dúo. Por suerte se vieron aupadas en diferentes temas por Ben Lovett y Ted Dwane, teclista y bajista, respectivamente, del cuarteto londinense.
Con los artistas principales a punto de salir, la organización seguía impidiendo el acceso a pista a un gran número de desesperados asistentes con su ticket de 'entrada general' en mano. Aun así Mumford & Sons, ignorando lo que acontecía, empezaron con puntualidad inglesa la muestra de su repertorio con la introductoria 'Babel' y el single 'I Will Wait', una declaración de intenciones en toda regla. Cantos, palmas y saltos inundaron el recinto.
Sonaba 'Whispers In The Dark', segundo corte de su segundo disco, cuando finalmente se abrieron las puertas de la pista para dar entrada a los que aguardaban fuera. El disfrute entonces se hacía pleno con la llegada de 'Little Lion Man' y 'Lover Of The Light' /con Marcus a la batería/ que dieron paso al suave intimismo de 'Ghost That We Knew', 'Awake My Soul' y 'Thistle & Weeds'. Aun así el grupo vio conveniente levantar los ánimos hacia el primer corte con la arrolladora 'Roll Away Your Stone' y la increíblemente poderosa 'Dust Bowl Dance'.
Tras ese parón ofrecieron al público madrileño tres bises, la conseguidísima versión de 'Baby Don't You Do It' de Marvin Gaye junto a las chicas de Deap Vally y las carismáticas 'Winter Winds' y 'The Cave'.
Finalmente el asombroso directo que defienden Mumford y los suyos se vio algo ensombrecido por el ya conocido /como malo/ sonido del recinto y la desastrosamente miedosa organización.
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