Tras protagonizar uno de los hechos más llamativos del año en la investidura del reelegido presidente de EE.UU, Barack Obama, la diva del pop Beyoncé ha sido la estrella central de la Super Bowl, o lo que es lo mismo, la final del campeonato NFL jugada por el San Francisco 49ers y el Baltimore Ravens, que premia al equipo ganador --Ravens-- con el 'Vince Lombardi'.
Un evento retransmitido por todo el mundo y que cuenta como casi acto central, en el descanso, con la actuación de la estrella anual de turno, y este año, como no podía ser de otra forma, le tocaba el turno a Beyoncé.
Puro espectáculo para el evento más visto en televisión medido al milímetro, que ha conseguido un increíble escenario y una diva de pro. La de Houston ha contado con la compañía de sus 'hermanas' Destiny's Child, que han abordado el 'Single Ladies (Put A Ring On It)', entre otros temas acortados, junto a la mujer de Jay-Z.
Mucha luz, fugaces fuegos artificiales y efectos ópticos para una actuación que no ha necesitado más que mujeres sobre el escenario. No ha habido colaboraciones de la esperada estrella de rock re-nacida de sus cenizas, ni teta aireada, ni dedo a la rica peineta, ni sorpresas inesperadas, eso sí, movimientos de culo que quitan el hipo no han faltado... Ceñidos al guión y a una única protagonista, Beyoncé, que se postula como una clara predecesora del trono en el POP, históricamente concedido a Madonna, última protagonista del descanso de la Super Bowl hasta la fecha. Puede que llegue la hora de ceder el testigo...
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