lunes, 29 de octubre de 2012

Bon Iver hace de Vistalegre un olimpo sonoro

 Víctor Sánchez-p - 28 octubre de 2012
- Hora: 21.00 -Precio: 35 euros -Lugar: Palacio de Vistalegre (Madrid) -Promotor: Mercury Wheels
Público: Casi lleno



 La fría noche del domingo vivida ayer en Madrid encontró su oasis en un recinto amurallado, algo maldito hasta la fecha por la estela de un sonido confuso y tétrico que en su historia de directos ha dejado un regusto amargo a los asistentes.

 Cual huracán Sandy llegó Bon Iver, el grupo de nueve comandado por un apoteósico Justin Vernon, para borrar la mancha auditiva, lastre de Vistalegre. Anoche el recinto madrileño vivió su mayor esplendor sonoro y todo gracias a la formación norteamericana venida de Wisconsin.
 Hacia las 21.00 horas, los nueve jinetes se adentraron en el corazón de miles de personas acorazadas frente a un escenario que vivió el tránsito de la muerte de sus telares a la vida iluminativa de sus focos. Todo, al son de unos geniales Bon Iver que, insisto, consiguieron el mejor sonido que el Palacio de Vistalegre haya experimentado.

 El mágico set comenzó con 'Perth' con casi todo el mundo colocado en su sitio, a excepción de algún escurridizo que quiso encontrar el mejor sitio sobre la grada, una tribuna que se tuvo que ampliar para que la gente, agolpada en las escaleras, tuviese un sitio digno para disfrutar de un evento de tal embergadura.

 Una canción que te adentra en la historia que Vernon y los suyos querían asentar en lo interior, porque la pasión y la entrega con la que ofrecen su recital así lo demuestra, y lo consiguieron, sin duda alguna.
 'Minnesota, WI' continuó la velada ya con el foso colocado y expectante del primer directo que Bon Iver ofrecía en la capital. 'Michicant' fue la sucesora con la que el público elaboró la primera de las múltiples grandes ovaciones que Bon Iver se llevó de Madrid. Un microMadrid cosmopolita, con un tercio de extranjeros que no quisieron perderse la escucha en directo del mejor disco de 2011.

 Pese a que cayeron temas de los dos LPs que Vernon tiene en su haber como Bon Iver, el segundo /que le abrió la puerta al reconocimiento internacional/ fue protagonista en la noche. Con 'Towers' ya nada podía hacer dudar del buen sentido que las composiciones hilarantes resurgidas de un pasado triste tienen. 

 'Creature Fear', perteneciente a su debut 'For Emma Forever Ago', 'Hinnom, TX' y 'Wash', con introducciones de viento metal sencillamente maravillosas, dieron paso a uno de los momentos más especiales de la velada. 'Woods' y Vernon, mano a mano, abrigados por un silencio sepulcral y la ténue luz de un foco sobre su coronilla, se hicieron con el foso. Su voz sampleada en cuatro tonalidades hicieron las delicias cual delicatessen al paladar del más exquisito crítico. La respuesta no fue menor y el público hizo vibrar los cimientos de la plaza de toros con sus aplausos.

 Bon Iver, que aunque poco tenga que ver con las bravas reses, agradeció la asistencia a su inusual "corrida de toros" que les hizo salir por la puerta grande. La recta final antes de encarar el bis estuvo protagonizada por 'Holocene', 'Blood Bank', la mega coreada 'Skinny Love' , 'Calgary' y la apoteosis hecha música: 'Beth/Rest', cuyo final instrumental supuso la llegada a las puertas del Ólympos.

 Con la puerta del paraíso entornada, los nueve jinetes dejaron el escenario para recoger las llaves de la misma, y abrirla para llegar al éxtasis con los dos temas del bis: 'The Wolves (Act I and II)' y 'For Emma'. Nunca nadie antes había conseguido escalar los escalones al Panteón divino en hora y media.




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