Fran Martínez /Fotos- Flickr/ - 17 Diciembre de 2010
- Hora: 21.00 -Precio: 36 euros -Lugar: Palacio de Vistalegre (Madrid) -Promotor: RockNRock
Público: Lleno
La tarde empezó ajetreada, 11.000 personas hacían cola por los alrededores del Palacio de Vistalegre con el temor del recuerdo del último concierto que se celebró en ese recinto, cuando cientos de personas se perdieron el principio de Kings of Leon por una mala organización del evento. Por suerte fue todo lo contrario. En cuestión de hora y media desde la apertura de puertas (a las 7) los teloneros More Than a Thousand empezaron a tocar con todos los que compraron una entrada dentro del recinto. Un 10 para la organización.
Los portugueses aprovecharon su momento y contraatacaron con fuerza la deficiente acústica de Vistalegre, una mezcla entre canciones con mucho poderío y alguna que otra acústica dieron paso al trío que todo el mundo había ido a ver.
Treinta minutos se retrasaron los estadounidenses, el tiempo necesario para poder llenar de humo la estancia y dar tiempo a los fans para cuchichear sobre el telón de casi 100 metros que se extendía por detrás del escenario.
Se apagan las luces, (con un enorme griterío de acompañamiento, claro) y aparece Shannon Leto, batería del grupo tocando el comienzo del tema introductorio Escape, seguido de la guitarra de Tomo Milicevic y la voz de Jared Leto (esta vez los gritos de las fans sonaron más aún). De seguido continuaron con Night of The Hunter, igual de psicodélica y contundente que en el disco, tras la cual Jared procedío a saludar al enorme gentío enbravecido: "Buenas noches Madrid", gritó a sus 11.000 fieles. No dio tiempo a la locura, A Beautifull Lie y ATTACK, de su segundo disco, sonaron seguidas con la fuerza que se merecían antes de que el grupo afrontase el primer momento de éxtasis con Search and Destroy.
Éste fue el primer momento de pura interactuación con los fans. Aun instando al público desde el principio a saltar como nunca antes, tuvo que parar un par de veces la canción para abroncar cómicamente a quien no lo estuviese dando todo. Apoteósico el final de la canción que pudo quedar un poco floja por lo poco de letra que cantó el frontman, dejó al público ese trabajo.
Con Vox Populi y This Is War continuaron los constantes coros, sobre todo en ésta última a los que se unieron 11.000 puños alzandose al ritmo de "this is war, this is war, this is war". Pero hubo un tercer acompañante, mejor dicho terceros, ya que decenas de enormes pelotas rojas empezaron a bajar por la grada hasta llegar a la pista mientras Search and Destroy se convertía en 100 Suns.
Segundo momento de locura extrema, posiblemente el mejor: Closer to the Edge. De nuevo, puños alzados y gargantas al límite con continuos "no, no, no, no". Tal fue el subidón que, viendo el continuo goteo de niñas desmayadas en la primera fila, Jared tuvo que pedir a la primera línea que "diesen tres pasos atrás" porque "aquí no se ha venido a sufrir". Podría parecer enternecedor si no hubiese echado a éstas niñas con un "apártate de mi camino", un momento muy cómico, sin duda. Y a terminar la canción con más fuerza aún, si cabe.
A partir de aquí comenzó la segunda parte del concierto, marcada por la calma, las guitarras acústicas y la camiseta de España de Jared ("¿qué se siente al ser un campeón?", preguntó).
Empezó la ronda Shannon Leto, (si, el batería) punteando en L490 y demostrando su multidisciplinaridad. Jared Leto le sustituyó tocando en acústico From Yesterday, Alibi e incluso versionó con mucho acierto el Bad Romance de Gaga. Finalizó la demostración de sus dotes vocales con el comienzo, también acústico, de The Kill, la cual concluyó con toda la potencia posible al unírsele el resto del grupo y tirarse el frontman al público el resto del tema.
Antes del descanso 'pre-bises', The Fantasy, marcada por el momento (friki) al final de la canción en el que todo el Palacio junto sus dedos índices en el aire mientras que la Tríada, un enorme triángulo símbolo del grupo, se convertía en el único punto de luz.
El trío volvió a escena, Jared con una enorme bandera de España mientras daba la clave del siguiente tema: "Hemos grabado una mini-película para esta canción... no dejéis que vuestros padres la vean. Aunque bueno, he visto antes el vídeo, me sorprendió que lo pusieran en la televisión, eso es porque España es un país evolucionado, no como otros". Comenzó Hurricane.
Para Kings and Queens, el menor de los Leto se aseguró de que realmente la quisiésemos, llegando incluso a hacer creer que se iba del escenario; pura actuación, el tema hizo temblar el recinto entero una última vez, de nuevo acompañado por las miles de gargantas cantando los coros y Tomo alternando guitarra y redobles en una caja de batería. Incluso el grupo dejó subir al escenario a un puñado de afortunados fans.
En resumen, un concierto marcado por el carisma de Jared Leto, el atrezo basado en focos de luces, una buena selección de canciones y un público entregado al 200% que hicieron que el Palacio de Vistalegre no vuelva a ser el mismo.