Víctor Sánchez - 26 de julio de 2019
- Hora: 21.30 -Lugar: Wanda Metropolitano (Madrid) -Promotor: Live Nation
-Público: Lleno
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foto vía // Live Nation |
Los británicos Muse han abrumado con su último espectáculo a la capital. El pasado viernes, 55.000 personas fliparon con su show, un concierto visual y musical casi sin precedentes. Los únicos posibles, los marcados por el propio trío en su gira de 2016: 'Drones World Tour', aquella de los drones sobrevolando un escenario impetuoso.
Tan basto, o incluso menos, que el que han utilizado para su 'Simulation Theory World Tour'. Una gira mundial que cerró el tour europeo en Madrid el pasado 26 de julio y que trajo hasta el Wanda Metropolitano un concierto sublime, cargado de simbología alienígena y donde los temas más aplaudidos de la banda de Matt Bellamy se convirtieron en himnos irreprochables, aunque otros quedaron apagados por la fastuosa puesta en escena.
Los miles de seguidores de la banda de Devon no cesaron de apoyar al trío, que arrancó el concierto pasadas las 21.30 horas con un espectáculo de pirotecnia, luces láser y un elenco de bailarines dignos del Cirque du Soleil, que acompañaron en todo momento los coros, versos y melodías de la primera y segunda parte del partidazo en el Wanda. De la primera tanda, 'Pshyco', 'Uprising' o 'Plug In Baby' fueron las más celebradas, si bien cade destacar la buena acogida que disfrutaron cortes más contemporáneos como 'Pressure' o 'Propaganda'.
Con el final de cada canción, daba vértigo imaginar qué tendrían preparados los ingleses, que demostraron su capacidad económica y de producción para montar un espectáculo propio de alquimistas.
Una gran pasarela central servía para que Bellamy y Wolstenholme se paseasen entre luces, chorros de nitrógeno y flashes del público y hacer gala de su virtuosismo al frente de la guitarra y bajo, respectivamente. Pero no fueron los únicos en danzar por las tablas: el gran /porque lo es/ batería Dominic Howard hizo lo propio al andar por las pasarelas cambiando de instrumentos de percusión en no pocas ocasiones.
Muse se dejó más bien poco en el tintero. Antes de llegar al ecuador, ya habían sacado a relucir 'Break It to Me', 'The Dark Side', 'Supermassive Black Hole', 'Hysteria' e incluso la canción compuesta por Matt Bellamy para Game Of Thrones: 'Pray (High Valyrian)'. Con la versión acústica de 'Dig Down' y el bicho a medio construir /las pantallas mostraban la gestación de un alien que más adelante tendría su momento/ pasamos a la segunda parte del set. Una parte donde fueron sucediéndose temas tan radiados como coreables. 'Madness' y el ya conocido recurso de las gafas karaoke de Bellamy, 'Mercy', 'Time Is Running Out' o 'Starlight' cumplieron con las expectativas y lograron que el público mantuviese la tensión y la percepción de sus estímulos bien abierta hasta el final del concierto.
Con 'Algorithm' nos llevaron al futuro basado en la estética Arcade, con el popurrí compuesto por 'Stockholm Syndrome' / 'Assassin' / 'Reapers' / 'The Handler' / 'New Born' nos dejaron patidifusos al sacar a escena el gran alien que ocupa la imagen de esta crónica y con los ecos de ''Man With a Harmonica' de Morricone nos prepararon para el gran final: 'Knights of Cydonia'.
Un cierre que resumió lo que son Muse: grandilocuencia, una visión del Apocalipsis coloreado y buenos temas que envejecen mejor de lo que muchos pensaban.
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